viernes, 14 de abril de 2017

La Rioja: Milani fue monaguillo del ex-capellán Felipe Pelanda López, cómplice del genocidio

En un reportaje en el diario El Tribuno de Salta, Bernardo Lobo Bugeau, querellante en la causa del procesado general César Santos Gerardo del Corazón de Jesus Milani por la desaparición del soldado riojano Alberto Agapito Ledo, reveló el rol del entonces ex capellán Felipe Pelanda López en el Batallón de Ingenieros 141 de La Rioja durante la ultima dictadura militar.

Por Lucho Soria+

Dijo que en la unidad militar fue elegido como monaguillo por el capellán militar Pelanda López, quien está sindicado como uno de los tantos curas cómplices.

Informes sobre este sacerdote consignan que presionaba a los detenidos para que confesaran “sus pecados guerrilleros” y alentaba a los carceleros a no aflojar la mano dura. “Lo de López Pelanda y la designación de Ledo como chofer de Sanguinetti confirma que no solo lo estaban cooptando, sino que estaban allanando el camino para eliminarlo y Milani sabía”, dijo el querellante.

En rigor Pelanda López, no es el único capellán de activa participación en la represión. En Jujuy el obispo José Miguel Medina, en San Luis  el obispo Juan Rodolfo Laise, presionaban a los detenidos en las cárceles para confesarlos y después pasar la info a los militares como se denunció en los juicios en ambas provincias, ademas de no recibir a " los familiares de los subversivos" como lo preciso en la nota Diego Martinez en Pagina12 https://www.pagina12. com.ar/diario/elpais/subnotas/ 96592-30513-2007-12-23.html

Laise esta refugiado en Roma, mientras que en Barcelona esta la monja cordobesa Monserrat Tribo  cómplice en el secuestro del nieto de Sonia Torres robado en la Casa Cuna a cargo de la monja, cuando tenía que declarar como testigo se escapó a Barcelona.

Mas que obvio que contó con la ayuda de manos católicas, no barriales, para fugarse dado que estaba internada en un geriátrico en la capital cordobesa. Meses después el jefe de la Comisión Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano se entrevistó con Sonia en la sede de la institución porteña y le dijo que el Papa le había pedido que contaría con todo el apoyo para que la monja abra la boca y su conciencia cuente a quienes había entregado el bebe. Se olvidó Lozano que alguna vez pidió formalmente a los católicos aportar datos e información sobre hijos sustraídos a madres desaparecidas durante la última dictadura militar y lamentó que en estos casi cuarenta años haya habido “una red de silencio y complicidad” de que la Iglesia no fue ajena.